lunes, 13 de julio de 2009
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"la autenticidad ha sido reemplazada por la copia (dejando así un sustituto para la realidad), nada es Real, y los involucrados en esta ilusión son incapaces de notarlo."
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DrE
Las instalaciones
y aprovechamiento de vida silvestre.
martes, 7 de julio de 2009
Un poco de Historia (continuación)
La Red Regional de Educadores Ambientales del Sur sureste funcionó siempre con trabajo voluntario de sus integrantes, y con aportaciones de las instituciones a las cuales pertenecían los y las coordinadoras en cada estado y de otras con las que se gestionaban recursos adicionales, como fue el caso del apoyo financiero gestionado a través de Pronatura Península de Yucatán a la Agencia Internacional para el Desarrollo de la Embajada de Estados Unidos. (US/AID)
De esta forma la Red funcionó por lo general con trabajo voluntario.
El trabajo voluntario es caracterizado por las siguientes ventajas:
- Promueve vínculos entre instituciones
- Contribuye al éxito de los proyectos
- Tiene un carácter cien por ciento social
- Provee elementos de desarrollo personal (aportación a la comunidad, participación enriquecedora, reconocimiento y se incrementan los valores)
- Desarrolla compromisos
- Promueve la democracia a través del consenso
- Permite la multidisciplinariedad
- Favorece la división del trabajo, delegando tares y adquiriendo responsabilidades
- Facilita el logro de los objetivos
- Contribuye al trabajo en equipo.
El voluntariado contribuye como elemento formativo. Sin embargo para el voluntariado se requiere formación. Por lo general se aprovechan los saberes individuales.
Por otro lado una de las estrategias que la Red desarrolló fue la gestión de apoyos para llevar a cabo las diferentes acciones enmarcadas dentro de sus objetivos, aquí se definían los principales elementos a tomar en cuenta para llevar a cabo una buena gestión. Algunas veces con planeación y otras de manera espontánea se hacía una ruta crítica para poder llevar a cabo las gestiones con diversas instituciones, atender compromisos propios de la Red, establecer nuevos contactos y elaborar directorios y materiales de apoyo. Diseñar estrategias de operación y mantener vinculación con instituciones que realizaban EA en la región.
El funcionamiento al interior de la Red consideraba que la tolerancia y el respeto eran ingredientes necesarios para una relación de compañerismo y permanencia en la Red, y se partía de que “nos gustaba hacer lo que hacíamos”, nos reuníamos “por agrado a la actividad de la Red”, por un objetivo y en muchas ocasiones con recursos propios, lo que le daba independencia y flexibilidad a nuestras acciones. Parte importante fueron los esfuerzos de seguimiento y de comunicación.
En la mayoría de las ocasiones surgía un liderazgo natural y se mantenía la empatía, pues los aportes en conocimientos y experiencias en el área eran muy enriquecedores, aunque no existían normas específicas de convivencia y organización en algunas ocasiones se dio el conflicto como grupo de trabajo.
A partir de analizar el estado que guarda la relación de la sociedad con la naturaleza, la forma de producir y consumir. La degradación de los recursos naturales, y por consiguiente la pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire y agua, la infertilidad de los suelos y la fragilidad del trópico húmedo, así como la anulación de los saberes indígenas y campesinos en la región, entre otros, la Red se constituye como un movimiento de promoción de la educación ambiental, en un inicio para contribuir a un marco teórico metodológico de la EA, construir relaciones armónicas con la naturaleza, que se analice el nuevo paradigma de desarrollo en un respeto hacia otras especies y a la diversidad cultural. Reconocer la responsabilidad que como sociedad tenemos para prevenir y revertir los problemas ambientales y mejorar la calidad de vida de los habitantes. Con la EA no se resolverán todos los problemas ambientales pero su aportación modesta será fundamental para tener sociedades sustentables.
Para la Red Regional de EA era importante que las acciones que se realizaban en materia de EA tuvieran una articulación y coherencia para ir incorporando la dimensión ambiental en diferentes ámbitos y sectores. Se destacaron esfuerzos para que la EA tuviera presencia en los niveles educativos y en las legislaciones estatales. Como es el caso del Estado de Tabasco en su Ley de Protección Ambiental, en el capítulo V dedicado a la Educación Ambiental, en la que se aborda la importancia de los procesos de formación en las Instituciones de educación superior del estado, los de incorporar la dimensión ambiental en los niveles básico y medio superior, y el de conformar un Programa Estatal de Educación Ambiental (1998).
Productos de la Red
Materiales elaborados durante 1991 a 2000.- 9 Boletines, 6 memorias, 2 directorios así como documentos internos de trabajo y Exposiciones con las que se participó en diversos eventos, entre los que se pueden mencionar los Días mundiales de medio ambiente, y las reuniones de los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable de la Semarnap.
Integración del directorio regional.- Existe la última versión elaborada en el 2000 y se encuentra disponible en formato de disco compacto, contiene en total 224 registros por persona y con descripción de actividades, y datos generales del educador ambiental.
Eventos realizados: 6 Reuniones regionales de Educación ambiental
Conexión de una Red electrónica: 2 Conexiones por estado a Internet a través del servidor de Laneta y capacitación de 16 organizaciones.
Aportaciones de la Red.
Si algo se reconoce al movimiento que dio origen a la red y que después generó a su vez una serie de efectos positivos para la educación ambiental en la Región es lo siguiente:
1.-Involucrar organismos del sector educativo, como la Secretaría de Educación, Cultura y Recreación en el gobierno del estado de Tabasco, lo que generó la elaboración de Guías didácticas aplicadas conjuntamente con profesores, y de forma tangencial incorporar a la Educación Ambiental en la Legislación de Protección Ambiental del estado, entre otras ventajas para posicionar a la Educación Ambiental. Así como, finalmente concebir una importante estrategia de Educación Ambiental a través de un Programa Estatal de EA.
2.- Impartir cursos, seminarios y talleres para profesionalizar a los educadores ambientales. Formando en ellos capacidades para el trabajo concreto, en áreas como comunicación, elaboración de programas de educación ambiental, equidad de género, investigación acción participativa, manejo del conflicto, educación ambiental en áreas naturales protegidas, entre otros.
3.- Aportar elementos para sistematizar la experiencia de EA en la región, a través del registro de 6 memorias que recopilan la mayoría de los trabajos presentados a lo largo de casi diez años (1991-1999) con el fin de consolidarla. Y enriquecidos con los trabajos de especialistas en EA a nivel nacional e internacional.
4.- Generar un espacio permanente de intercambio de experiencias, durante casi una década.
5.- Consolidar un grupo multidisciplinario de integrantes que coordinaban en cada una de las entidades, incrementando sus capacidades de gestión, convocatoria y profesionalización de la EA en la región. Los cuales formaron parte de diversos grupos en distintos sectores y niveles que generaron o participaron en diversos programas de Educación Ambiental.
6.- Facilitar entre sus integrantes y participantes avanzar en el trabajo de EA y obtener profesionalización, que en la actualidad está propiciando el que los educadores ambientales que pertenecieron a la Red formen parte en algunas estrategias o políticas de educación ambiental, conformando grupos, o como parte de cuerpos académicos, o liderando organismos de la sociedad civil, muchos de los cuales están participando directamente como responsables en estrategias, políticas públicas y planes estatales de educación ambiental o en los Planes ambientales en las Instituciones de educación superior de la región, o en propuestas de legislación en educación ambiental.
7.- Promover diversos grupos de trabajo de EA, en todos los ocho estados del sur sureste, motivando sus actividades, difundiendo sus resultados, y retroalimentando sus aciertos o consolidando Programas como en los casos del Estado de Veracruz, Yucatán, Quintana Roo, Chiapas, Campeche y Tabasco.
8.- Generar materiales de difusión creando un espacio para los educadores ambientales, con una amplia distribución a nivel nacional.
9.- Haber creado una red electrónica entre los coordinadores estatales, catorce en total en los ocho estados de la región.
10.- Instituir un espacio para mostrar materiales e intercambiar los mismos en cada una de las Reuniones Regionales o cursos y talleres impartidos y coordinados por la Red.
11.- Haber creado sinergias con diversas instituciones educativas, del sector ambiental y educativo, así como con el de turismo y cultural, con instancias académicas, organismos civiles, y empresariales. Y haber integrado a personas pertenecientes a estos sectores en la coordinación de los trabajos de la Red en cada Entidad Federativa.
12.- Gestionar diversos patrocinios para llevar a cabo las reuniones, cursos, talleres, publicaciones y principalmente haber mantenido un financiamiento con una Agencia Internacional por cinco años para contar con una Oficina de Enlace con sede en le estado de Yucatán y con apoyo de Pronatura Península de Yucatán.
13.- Haber sido foro para la expresión e intercambio de experiencias entre diversos profesionales que se dedican a la EA en la región. A través del trabajo sistemático de la red y del registro de experiencias en las Memorias de trabajo, se puede dar seguimiento a proyectos como Eco-Educación en el estado de Veracruz que actualmente se ha consolidado en el Programa de Educación Ambiental incorporado a la Secretaría Educación y Cultura (SEC) del Gobierno del Estado. O en el caso del estado de Oaxaca que el registro de las memorias fueron la base para elaborar el diagnóstico de la EA en el estado para conformar su Programa Estatal de Educación Ambiental coordinado por el Instituto Estatal de Ecología, la Semarnat y la Oficina de la WWF en el estado.
14.- Contar con un Directorio actualizado de los educadores ambientales de la región que reforzó los mecanismos de comunicación y detectó la movilidad de los educadores ambientales en la región sur sureste
15.- Llevar a cabo, como grupo de trabajo, una evaluación imparcial del trabajo realizado, desarrollada por una consultoría en trabajo ambiental comunitario, externa a la red.
Valoración de la Red:
Sin embargo después de casi diez años de trabajo ininterrumpido y de vida activa de la Red, y al hacer una evaluación, que tenía como principal propósito el valorizar fundamentalmente el cumplimiento de los objetivos, la adecuación de los métodos y la medición de los logros y resultados se vislumbran los siguientes aspectos:
• Falta de un mecanismo de seguimiento a las acciones emprendidas y a los acuerdos pactados en cada una de la Reuniones Regionales celebradas. Lo cual permitiría confrontar los datos con los planteamientos del marco de referencia que sustentó el proyecto.
• Protagonismo de algunos de sus integrantes y por consiguiente la búsqueda de intereses personales.
• Falta de profesionalismo a pesar de los esfuerzos de capacitación y formación.
• Preponderar el activismo ante la formación de capacidades en los educadores ambientales.
• Buscar el fortalecimiento sobre el intercambio de experiencias entre distintos equipos, al traducir las diversas acciones a un lenguaje que permitiera encontrar elementos comunes entre ellas y así establecer una mejor comunicación.
• Seleccionar de manera informal a los integrantes o de las agrupaciones que querían pertenecer a la Red.
• Falta de difusión y comunicación en cada uno de los estados pertenecientes a la Red
• Falta de apoyo para formar las redes estatales de educadores ambientales en las 8 entidades federativas que conformaban la Red.
• No contemplar el expandir de manera ordenada y planeada la gestión de recursos financieros, sólo se mantuvo una sola fuente de ingresos.
Ante este panorama en la región sur sureste hay mucho trabajo en educación ambiental realizado, incluso están las condiciones para dar pasos importantes para consolidar el proceso de los educadores ambientales, pero también falta mucho por hacer, entre lo que se puede mencionar:
• Aumentar la formación de especialistas.
• Articular de la Educación ambiental con el proceso de modernización de la educación.
• Promover mayor coordinación y concertación con organismos no gubernamentales, organizaciones comunitarias, así como con los gobiernos municipales.
• Evaluar y dar seguimiento a las estrategias, planes, programas y acciones emprendidas en materia de educación ambiental.
• Diseñar más materiales didácticos, interactivos e informativos.
• Propiciar un mayor acercamiento con la comunidad académica de más instituciones del nivel superior.
• Conformar las redes estatales de educadores ambientales.
Referencias Bibliográficas
Boletín Sihnal. Red Regional de Educadores Ambientales del Sur sureste. Nos. 1-9. Mérida, Yucatán, 1998.
La participación social en la política ambiental del sureste mexicano. (Libro Blanco). Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable, Región IV. México, PNUD-SEMARNAP, 2000.
Memorias de trabajo de la Red Regional de educadores ambientales del sur sureste, 1ª. hasta la 6ª.
Fuente: Hernández, L. (2005) : 275-286. La profesionalización de los Educadores ambientales hacia el desarrollo humano sustentable. ANUIES-UJAT.
Un poco de Historia
RED REGIONAL DE EDUCADORES AMBIENTALES
DEL SUR SURESTE DE MÉXICO
1991 - 2000
Situación Ambiental
Aún cuando los principales problemas que aquejan a la población mexicana están vinculados con la pobreza, desigualdad, migración e inseguridad, existen otros igualmente graves como el deterioro ambiental, que podemos decir aún no se vislumbra en su exacta magnitud en la conciencia pública, ni por su dimensión física, ni por el daño que causa. Por ello, es necesario un cambio de principios y la voluntad social para valorar al planeta entero de una forma distinta. Los factores económicos, políticos y sociales impiden que estos problemas importantes lleguen a ser reconocidos como tales, y corren en peligro de seguir siendo ignorados si se continua asociándolos únicamente con el amor a los animales, el gusto por lo verde, o con el conflicto aún vigente entre desarrollo económico y protección de la base natural que sustenta dicho desarrollo.
La mayor parte de los problemas ambientales del país tienen que ver con la pobreza, y paradójicamente contribuyen a generarla y reproducirla. Los grupos asentados en áreas de importancia natural ejercen una fuerte presión sobre el recurso, al no tener orientación su actividad agrícola, ganadera o comercial. La deforestación, el cambio de uso del suelo, la pérdida de fertilidad de los suelos y la de la biodiversidad cancelan las posibilidades para los más pobres de proveerse de sustento y los condena a la reproducción del círculo vicioso deterioro ambiental-miseria.
La pérdida de los recursos naturales, la contaminación y sus efectos inciden por lo tanto en la calidad de vida de los mexicanos. Los problemas ambientales relacionados con agua, bosques, suelo y aire han sido reconocidos como una amenaza para la viabilidad económica de la población urbana y rural. En su aspecto más primario, es sobretodo un problema de sobrevivencia, ya que el agua, el aire y el suelo constituyen la condición básica de la existencia humana son un bien común, y paradójicamente se encuentran hoy en día en una condición que amerita que la sociedad y el gobierno les den una atención prioritaria.
Se puede decir que en los últimos veinte años, producto de las crisis económicas recurrentes que ha padecido el país, se percibe una situación compleja en la relación sociedad-gobierno. Una de estas complejidades se refiere a la corresponsabilidad entre la población y las autoridades para promover el desarrollo sustentable. (Libro Blanco, Región IV CCDS, 2000).
Diversidad biológica de la región sur sureste.
La región sur-sureste está conformada por los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en la Costa del Pacífico; Veracruz, Tabasco y Campeche, en la vertiente del Golfo de México; Yucatán y Quintana Roo en las Costas del Golfo y del Mar Caribe, respectivamente y de acuerdo a la regionalización de los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable de la SEMARNAT. Esta zona cuenta con las más importantes variedades de ecosistemas marinos y terrestres, así como la mayor concentración de áreas naturales protegidas en el país.
Los ocho estados que integran la región suman una superficie de 464,135 Km2, con una población de más de 22,43 millones de habitantes. (INEGI, 1992). La región es caracterizada por una superficie dedicada a la agricultura y pastizales, otra área dedicada a la silvicultura, y otra son cuerpos de agua interiores o superficies dedicadas a desarrollos urbanos, potreros, y terrenos costeros. Existe una importante actividad pesquera. Así también en esta región se contaba hasta 1994 con 99 Áreas Naturales Protegidas (ANP), que sumaban una superficie protegida de 10.5 millones de hectáreas (5.3%) del territorio nacional. Para finales de 1999 se reporta un total de 117 ANP, con una superficie de 12.73 millones de hectáreas terrestres y marítimas (Estadísticas del Medio Ambiente. Semarnap, 1999.) En este rubro es importante considerar la participación comunitaria, que garantice la protección y el desarrollo sustentable, y así también ampliar la superficie bajo protección o de aprovechamiento sustentable, ya que en la región existe una gran heterogeneidad ambiental y muchas especies tienen distribuciones muy restringidas (endémicas), o están en peligro de extinción.
Para la región sur sureste de acuerdo a recomendaciones de los Consejeros de la región IV es importante considerar esquemas diferentes de conservación como son las bioregiones, el aspecto ambiental en ciudades, así como las reservas campesinas y comunitarias, en donde los pobladores puedan asumir su manejo y control contando con apoyos institucionales, un caso es el de la Reserva de los Chimalapas con sus 594 mil hectáreas donde existen pugnas limítrofes entre Chiapas y Oaxaca, además de conflictos entre ganaderos, madereros y las comunidades locales de ambos estados y disputas internas de las propias comunidades por cuestiones territoriales y productivas de carácter ancestral. (Libro Blanco Región IV CCDS, Semarnap, 2000, p. 26).
Cabe destacar que la región sur-sureste posee sin lugar a dudas la más alta diversidad biológica del país: se cuentan más de 13 reservas de la biosfera (ecosistemas marinos y terrestres). Entre las más importantes por su magnitud están la reserva de la biosfera de selva tropical, manglar y arrecifes de Calakmul y Sian Ka’an, en los estados de Campeche y Quintana Roo, respectivamente, con 1,2 millones de hectáreas. En el estado de Tabasco los Pantanos de Centra, con una superficie de 302,707 hectáreas, junto con Laguna de Términos, que es el sistema lagunar estuarino de mayor volumen y extensión en el país, integran el gran delta de los ríos Grijalva-Usumacinta, sistema hidrológico que aporta el mayor volumen de agua dulce que ingresa al Golfo de México. La región Central-Términos posee una superficie de 1’007,723 hectáreas. En el estado de Chiapas se tienen, por ejemplo, las reservas de La Encrucijada, El triunfo, La Sepultura y Montes Azules, que protegen ecosistemas de lagunas costeras, bosque mesófilo, manglar y selva tropical con una superficie superior a la 762,500 hectáreas (Conanp, 2000).
Además esta región forma parte importante del Corredor biológico Mesoamericano, que va desde Campeche hasta Panamá. Es una “avenida” natural, donde conviven hábitats de diversas especies, entre las que se cuentan 34 especies endémicas de mamíferos, 18 de aves y 3,689 de plantas superiores, lo que representa en su conjunto 8% de la biodiversidad mundial (Conabio “México ante los retos de la biodiversidad”). Lo anterior muestra una región con gran potencial de recursos naturales, donde coexisten desigualdades económicas y sociales.
La biodiversidad de México tiene entonces una importancia mundial, pues el país cuenta con alrededor del 10% de todas las especies conocidas del planeta, y se estima que de 30 a 50% de ellas son endémicas. La diversidad biológica alcanza sus niveles más altos en la porción sur y tropical de México, y disminuye hacia el extremo septentrional, pero allí aumenta el número de endemismos.
Los bosques tropicales húmedos y secos (13.5% de la superficie total de México) prevalecen en le sur, sobre todo en los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán, y en ellos habitan especies emblemáticas como el jaguar, el tapir o la guacamaya escarlata.
Esta riqueza junto con la del resto del país representa un patrimonio planetario y que el país deberá visualizar para el futuro.
Esta caracterización de la región sur sureste le da connotaciones importantes para actividades de conservación de los recursos naturales y del conocimiento la diversidad cultural. Desde el punto de vista de la educación ambiental la conformación de esta región dio origen a grupos de la sociedad civil organizada, individuos pertenecientes a instituciones educativas, y activistas de la ecología, los cuales han tenido vocación en materia de conservación y de educación ambiental, así mismo la actividad de las diversas instancias estatales generó diversas estrategias para el conocimiento, difusión y cuidado de los recursos naturales en materia educativa.
Antecedentes de la Educación Ambiental.
En el marco de la EA la década de los 90s en México se caracterizó por los esfuerzos institucionales en la conformación de un marco teórico metodológico de la educación ambiental, esencialmente en: “Elementos de estrategia para el desarrollo de la educación ambiental en México “(1992) y la reunión celebrada en Oaxtepec, Morelos para analizar dicho documento, asistieron más de 60 representantes de 25 estados, miembros de organismos no gubernamentales (ONG), de dependencias públicas federales y estatales y de instituciones académicas y empresariales; todos ellos líderes en sus respectivos espacios de acción. (Hacia una estrategia nacional y plan de acción de educación Ambiental, 1995).
Además de las reuniones internacionales celebradas por la NAEE en Estados Unidos de Norteamérica y ECO-ED en Canadá, en la que también participaron mexicanos de la región sur sureste, perteneciente a organizaciones civiles, y que a su vez formaban parte de la Red Regional de Educadores Ambientales del Sur sureste.
El proceso de conformación.
La educación ambiental en esta década de los noventas, se encontraba en un proceso continuo de construcción tanto teórica como metodológicamente.
El movimiento en la región sur sureste se inicia en 1990, a partir de reuniones promovidas por el sector ambiental del Gobierno mexicano y que da pauta para que se comience a integrar un grupo de personas interesadas en la Educación ambiental en los estados de Quintana Roo, Yucatán, Chiapas, Tabasco y Veracruz, quienes asistieron y coincidieron en dichas reuniones.
Para julio de 1991 se organiza la Primera Reunión Regional de Educadores ambientales en Akumal, Quintana Roo, con las gestiones realizadas por el Grupo Ecológista del Mayab (GEMA), PRONATURA (Capítulo Chiapas) y con apoyo de la Secretaría de Ecología del Gobierno de Yucatán, la Dirección de Educación Ambiental, participan en la organización también Biocenosis, A.C. y la SEDUE Delegación Yucatán, se cuenta con apoyo de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung.
Para este momento, aún cuando existían definiciones de educación ambiental en el ámbito internacional y a nivel nacional, con un carácter integral, considerando factores tanto ecológicos y económicos como políticos y sociales, todavía se encontraba ausente un marco referencial en lo ambiental y en lo educativo, sobre todo que considerara la articulación de ambos, por lo que está Primera reunión tuvo como principal propósito el de contribuir a la construcción de este marco referencial y metodológico, y retomar de otros campos del quehacer educativo y ambiental conceptos que lo hicieran posible.
Así también, otro de los propósitos fueron el reunir a personas, grupos e instituciones que trabajaban la educación ambiental en los estados de Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Chiapas y Tabasco, y propiciar el intercambio de experiencias. Se expusieron 37 experiencias que quedaron registradas en la Memoria de trabajo y en donde se aprecia una diversidad de enfoques y niveles de abordaje.
Para 1992 se acuerda celebrar la 2ª. Reunión Regional de Educadores Ambientales en el estado de Tabasco con apoyo de la Secretaría de Educación Cultura y Recreación (SECUR) del Gobierno del estado de Tabasco a través del IV Comité Regional de la CONALMEX para la Unesco, y de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), a través de la División Académica de Ciencias Biológicas, y con apoyo de SEDUE y de la Dirección de Ecología del Gobierno del Estado, así como del Grupo Santo Tomás, Asociación Civil.
En esta reunión se organizaron los análisis a partir de las modalidades de la educación ambiental, por formal, no formal e informal, los trabajos se presentaron de forma oral y en carteles, hubo exposición de materiales. Por primera vez se involucra a instancias de la Secretaría de Educación Pública, específicamente de la Dirección de Educación Extraescolar, donde se apreciaba todavía la influencia de una educación ambiental muy orientada a las cuestiones de salud.
De allí resultaron unas Memorias de trabajo editadas por la UJAT que sistematizaron las aportaciones de los educadores ambientales. Es a partir de esta reunión en donde se incorpora los estados de Veracruz y Oaxaca a la Red Regional.
La 3ª. Reunión Regional se celebra en San Cristóbal de las Casas, Chiapas en 1993. Se tuvieron en esta ocasión talleres por temáticas. Con la finalidad de poder incorporar a la actividad de los educadores ambientales perspectivas como la de población y comunicación. Esta reunión es organizada por Pronatura Capítulo Chiapas, Eco Sur, CEFIDIC y otras instancias estatales, con apoyo del Comité Organizador a nivel regional.
Para la 4ª. Reunión Regional de Educadores ambientales celebrada en el estado de Campeche, se tuvo como innovación el abordar temas acerca de: Financiamiento para Programas de EA, evaluación, capacitación, y nuevamente comunicación. La dinámica fue a través de Mesas de Trabajo. La organización estuvo a cargo de la Universidad Autónoma de Campeche a través del Programa Yum Kaax, del grupo Marea Azul de Ciudad del Carmen, así como Pronatura Península de Yucatán con su Oficina en Campeche, y con el apoyo del Comité Regional.
La 5ª. Reunión celebrada en Yucalpetén, Yucatán bajo el apoyo de Secretaría de Ecología, Delegación de la Semarnap en el Estado, Pronatura Península de Yucatán. Los temas que se incluyen en esta reunión hablaron sobre: Derecho ambiental, ética ecológica, investigación en educación y formación ambiental, equidad de género en áreas naturales protegidas, entre otros.
La 6° reunión se celebró en el estado de Oaxaca con el auspicio del Instituto Estatal de Ecología de Oaxaca, la Oficina de la WWF en Oaxaca, CIIDIR-IPN, La CODE, Mundo Nuevo A.C., Delegación de la SEMARNAP en Oaxaca, Jardín Etnobotánico del Centro Cultural Santo Domingo, entro otros. Los paneles organizados fueron: Escuela y educación ambiental, Educación ambiental y participación comunitaria, Áreas naturales protegidas y educación ambiental, así como los dos foros celebrados bajo los títulos de: Primer foro mujer y medio ambiente n el sur sureste de México, y el Foro sobre gestión ambiental.
Profesorado Externo Invitado para Movilidad Estudiantil
Este importante grupo humano de Profesores e Investigadores ha sido invitado formalmente, y están por ratificarse algunos casos para confirmar finalmente su colaboración en este programa emergente de posgrado. Agradecemos a los colegas que ya nos han ratificado su intención de apoyar el programa de Maestría en Ciencias.
(Nota del Administrador).
lunes, 6 de julio de 2009
Publicación
IMPORTANCIA DE LA MAESTRÍA EN EDUCACIÓN AMBIENTAL EN
LA FORMACIÓN DE EDUCADORES AMBIENTALES
Dr. Eduardo S. López Hernández
Dra. Josefina Campos Cruz
Dr. Heberto Romeo Priego Alvarez
Los estudios de postgrado en México, son profesionalizantes o de investigación. Los dos, profundizan en la disciplina de conocimiento central y en tópicos específicos que la enriquecen y especializan al estudioso de dicho nivel. La diferencia consiste en que los profesionalizantes dedican un 85% a procesos de formación áulicos y los de investigación un 85% en procesos de formación con base en la investigación misma.
En un 80%, los estudios de postgrado profesionalizantes sistematizan el contenido y los métodos de aprendizaje del estudiante en modelos curriculares rígidos que ofrecen perfiles de formación definidos con un alto manejo teórico de los contenidos por medio de metodologías pedagógicas tecnológicas funcionalistas, que no permiten la oportunidad de formar los perfiles de egreso de los postgraduados en base a conocimientos, habilidades y actitudes que generen las competencias necesarias para desarrollarse tanto en el campo de acción laboral como en el profesional y el personal.
Un 20% utilizan modelos curriculares flexibles que permiten la movilidad en la construcción del perfil de egreso según sean las necesidades laborales y personales del estudiante y cuyos métodos pedagógicos propician la construcción y generación de nuevos conocimientos que permiten la oportunidad de formar los perfiles de egreso de los postgraduados en base a conocimientos, habilidades y actitudes que generen las competencias necesarias para desarrollarse tanto en el campo de acción laboral como en el profesional y el personal. En cualquiera de los dos modelos curriculares utilizados en los postgrados profesionalizantes el postgraduado es un profesional especializado en la disciplina de estudio por lo que su principal tarea es la docencia.
En los estudios de postgrado de investigación, el alumno tiene como método de aprendizaje la investigación misma que le permite construir y generar nuevos conocimientos alrededor de su disciplina de estudio e incursiona en áreas que están vinculadas con la misma permitiendo una generación de conocimientos que va en espiral permitiendo al postgraduado una visión amplia de sus escenarios disciplinarios e interdisciplinarios que le permiten visualizar los orígenes y proponer posibles soluciones a las problemáticas propias de su praxis. El modelo curricular es 100% flexible. El postgraduado investigador puede dedicarse a la docencia, a la investigación y a la asesoría para la solución de problemas.
Para el educador ambiental, es de suma importancia realizar estudios de postgrado cuyo método de aprendizaje sea la investigación y su modelo curricular sea flexible ya que el objetivo de su acción es coadyuvar en la solución de problemas de su campo de acción.
El educador ambiental en un 95% no tiene formación básica en los temas ambientales por lo que en sí, no es un especialista en la disciplina, por ello, es mayor la importancia de cursar estudios de postgrado que le permitan desarrollarse como tal.
La Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, ha estructurado una Maestría en Educación Ambiental cuyo modelo curricular es flexible y su método de aprendizaje es la investigación. Propone la formación del educador ambiental de manera disciplinaria, de intervinculación e interdisciplinaria aunada a la movilidad académica que enriquecerá su experiencia tanto académica como profesional con profesores de siete divisiones académicas de la misma universidad y profesores de otras universidades nacionales y extranjeras.
El objetivo es formar educadores ambientales para la docencia, la investigación y la asesoría en la solución de problemas ambientales y en el desarrollo de proyectos estratégicos de desarrollo sostenible de las comunidades; con actitudes basadas en los valores que propicien la optimización de la calidad de vida de todos los seres vivos.
Los campos disciplinarios de la Maestría en Educación Ambiental son:
Campos Disciplinarios
1. Biológico ambiental
2. Psicopedagógico
3. Socio-Histórico-Jurídico
4. Educación para la salud
5. Agroecológico
6. Económico-Administrativo
7. Investigación
Las unidades curriculares se desarrollarán secuencialmente, siguiendo una integración vertical dada por cuatro ejes trasversales, que fortalezcan el vínculo permanente entre la problematización teórica, el desarrollo de prácticas de campo y los proyectos de investigación.
Ejes trasversales del plan de estudios interrelacionados:
1. Eje de formación epistemológico-teórico: Su intención es desarrollar en el estudiante una capacidad de construir explicaciones propias de la realidad, con fundamento en el estudio de varias escuelas de pensamiento filosófico y sus lógicas de construcción del conocimiento, así como en la comprensión de categorías teóricas provenientes de diversas tradiciones intelectuales sobre lo ambiental y lo educativo. Se constituye en el eje de fundamentación.
2. Eje de formación crítico-social: Su intención es propiciar la comprensión de la complejidad de los problemas ambientales, en un marco histórico, social, económico, político y cultural específico que conforma la realidad local, regional y global de los sujetos sociales. Sus propósitos se dirigen no sólo a construir mejores marcos referenciales para ubicarse a sí mismo en un espacio y tiempo concretos, sino para identificar cauces de intervención en los problemas ambientales. Se constituye en el eje de problematización.
3. Eje de formación ecológico-ambiental: Su intención es proporcionar las bases y principios generales para la comprensión de las dinámicas de los fenómenos de la naturaleza, para estar en condiciones de dimensionar los problemas desde la perspectiva de los procesos vitales, en los cuales se inscribe la propia especie humana. Se constituye en el eje de contextualización.
4. Eje de formación pedagógica: Su intención es ayudar al estudiante a construir un nuevo lenguaje de la educación, tanto para aprehenderla teóricamente como para intervenir críticamente en los procesos y prácticas de educación ambiental. Un lenguaje que posibilite el desarrollo de la capacidad de comprender las propuestas educativas dentro de las estructuras de poder, para dar a los sujetos de la educación la posibilidad de determinar y no sólo de ser determinados. Se constituye en el eje de intervención educativa.
Como se puede elegir de las ideas precedentes, el medio ambiente y el desarrollo revisten una importancia fundamental en el momento actual, que requiere de información compleja y multirreferenciada que, muchas veces, no se tiene disponible, así como de desarrollos tecnológicos y científicos de nuevo cuño, que respondan al creciente interés en conservar la calidad del ambiente y sus recursos de los problemas y riesgos provocados por las actividades humanas, que ya comienzan a alterar los principios ecológicos básicos, tales como el flujo energético y el ciclo mineral. La degradación de las cadenas alimentarias y la drástica alteración de los ciclos de los nutrientes, pueden ser una consecuencia radical de la presente crisis ambiental.
La interrogación resultante es ¿Cómo podríamos alcanzar el propósito de tener un mejor conocimiento del ambiente, de adquirir las habilidades y valores apropiados para aplicar inteligentemente este conocimiento, y de iniciar las acciones tendentes a un uso sustentable del medio? La respuesta conduce a no desdeñar la trascendencia de la educación en la generación y divulgación del conocimiento y en la formación de sujetos sociales.
El mundo en general se ha percatado de la importancia de los procesos educativos en la prevención y resolución de los problemas ambientales, en convergencia con los avances científicos y tecnológicos, con la aplicación de instrumentos económicos apropiados y con el establecimiento de una mayor cooperación y mejores regulaciones ambientales nacionales e internacionales.
Nuestras sociedades tienen nuevas expectativas, que se traducen en demandas hacia los procesos educativos escolares para que adquiera un verdadero compromiso en direcciones de transformación y cambio, que fortalezcan la formación de nuevos valores, conocimientos y capacidades.
La educación ambiental profesional entonces se entiende como una nueva dimensión de los procesos educativos en general, con un énfasis puesto en el desarrollo de capacidades éticas, intelectuales y socioculturales, que favorezcan una relación sostenible y equitativa entre los grupos sociales y el ambiente.
Por ello, es recomendable que la estructura y dinámica del currículum para la educación ambiental ponga al alcance del estudiante un conjunto de formulaciones básicas sobre la educación en general que contribuyan a cimentar un entramado conceptual y contextual donde se anide la posibilidad de proyectar la construcción de propuestas viables de educación ambiental.
Se requiere cada vez más educadores ambientales capaces de actuar eficientemente en distintos escenarios de intervención pedagógica, interpretando apropiadamente el conjunto de necesidades, demandas y aspiraciones socio-culturales en relación con el ambiente en su totalidad y proponer las estrategias y medidas educativas que las diversas circunstancias requieran, a efecto de contribuir en la construcción de condiciones para el tránsito hacia un desarrollo sustentable en América Latina y el Caribe.
En vez de poseer una vasta información sobre los más variados aspectos y matices de la educación ambiental, el educador ambiental requiere principios y nociones básicas del conocimiento ambiental y pedagógico utilizados críticamente para coadyuvar en la resolución de problemas ambientales locales, regionales y globales; así como para desarrollar con base en marcos referenciales una actitud de actualización y formación permanente.
Es decir, un sujeto activo de su propia autoformación. La apertura intelectual, es despliegue de capacidades creativas e inquisitivas y la formación de una disciplina y hábitos de estudio e interrogación constituyen rasgos esenciales de un educador ambiental profesional.
Lo anterior implica una capacidad, no sólo para responder a las condiciones existentes de un ejercicio especializado en la educación ambiental, sino para construir tenazmente nuevas opciones de desarrollo de un campo en consolidación, que no logra aún definir con claridad propuestas pedagógicas específicas para atender satisfactoriamente demandas en razón de equidad y pertenencias de género, raza, etnia, clase social, ocupación, creencias religiosas y edad.
Asimismo, dadas las características complejas de los problemas ambientales, el educador ambiental profesional deberá desarrollar habilidades comunicativas tanto con especialistas de otras disciplinas, como con representantes de los más diversos grupos sociales, que le permitan estar en condiciones de diseñar colaborativamente estrategias de intervención, donde lo educativo sea un elemento consustancial de proyectos de desarrollo de más amplio alcance, para impulsar programas de formación de multiplicadores, agentes y promotores de la participación social, así como para la evaluación del impacto social de las acciones educativas con el propósito último de contribuir a la obtención de una calidad de vida sustentable.
La Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, desde su Programa de Desarrollo Ambiental se propone a través de su Maestría en Educación Ambiental, la formación del educador ambiental aquí vislumbrado.