RED REGIONAL DE EDUCADORES AMBIENTALES
DEL SUR SURESTE DE MÉXICO
1991 - 2000
Situación Ambiental
Aún cuando los principales problemas que aquejan a la población mexicana están vinculados con la pobreza, desigualdad, migración e inseguridad, existen otros igualmente graves como el deterioro ambiental, que podemos decir aún no se vislumbra en su exacta magnitud en la conciencia pública, ni por su dimensión física, ni por el daño que causa. Por ello, es necesario un cambio de principios y la voluntad social para valorar al planeta entero de una forma distinta. Los factores económicos, políticos y sociales impiden que estos problemas importantes lleguen a ser reconocidos como tales, y corren en peligro de seguir siendo ignorados si se continua asociándolos únicamente con el amor a los animales, el gusto por lo verde, o con el conflicto aún vigente entre desarrollo económico y protección de la base natural que sustenta dicho desarrollo.
La mayor parte de los problemas ambientales del país tienen que ver con la pobreza, y paradójicamente contribuyen a generarla y reproducirla. Los grupos asentados en áreas de importancia natural ejercen una fuerte presión sobre el recurso, al no tener orientación su actividad agrícola, ganadera o comercial. La deforestación, el cambio de uso del suelo, la pérdida de fertilidad de los suelos y la de la biodiversidad cancelan las posibilidades para los más pobres de proveerse de sustento y los condena a la reproducción del círculo vicioso deterioro ambiental-miseria.
La pérdida de los recursos naturales, la contaminación y sus efectos inciden por lo tanto en la calidad de vida de los mexicanos. Los problemas ambientales relacionados con agua, bosques, suelo y aire han sido reconocidos como una amenaza para la viabilidad económica de la población urbana y rural. En su aspecto más primario, es sobretodo un problema de sobrevivencia, ya que el agua, el aire y el suelo constituyen la condición básica de la existencia humana son un bien común, y paradójicamente se encuentran hoy en día en una condición que amerita que la sociedad y el gobierno les den una atención prioritaria.
Se puede decir que en los últimos veinte años, producto de las crisis económicas recurrentes que ha padecido el país, se percibe una situación compleja en la relación sociedad-gobierno. Una de estas complejidades se refiere a la corresponsabilidad entre la población y las autoridades para promover el desarrollo sustentable. (Libro Blanco, Región IV CCDS, 2000).
Diversidad biológica de la región sur sureste.
La región sur-sureste está conformada por los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en la Costa del Pacífico; Veracruz, Tabasco y Campeche, en la vertiente del Golfo de México; Yucatán y Quintana Roo en las Costas del Golfo y del Mar Caribe, respectivamente y de acuerdo a la regionalización de los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable de la SEMARNAT. Esta zona cuenta con las más importantes variedades de ecosistemas marinos y terrestres, así como la mayor concentración de áreas naturales protegidas en el país.
Los ocho estados que integran la región suman una superficie de 464,135 Km2, con una población de más de 22,43 millones de habitantes. (INEGI, 1992). La región es caracterizada por una superficie dedicada a la agricultura y pastizales, otra área dedicada a la silvicultura, y otra son cuerpos de agua interiores o superficies dedicadas a desarrollos urbanos, potreros, y terrenos costeros. Existe una importante actividad pesquera. Así también en esta región se contaba hasta 1994 con 99 Áreas Naturales Protegidas (ANP), que sumaban una superficie protegida de 10.5 millones de hectáreas (5.3%) del territorio nacional. Para finales de 1999 se reporta un total de 117 ANP, con una superficie de 12.73 millones de hectáreas terrestres y marítimas (Estadísticas del Medio Ambiente. Semarnap, 1999.) En este rubro es importante considerar la participación comunitaria, que garantice la protección y el desarrollo sustentable, y así también ampliar la superficie bajo protección o de aprovechamiento sustentable, ya que en la región existe una gran heterogeneidad ambiental y muchas especies tienen distribuciones muy restringidas (endémicas), o están en peligro de extinción.
Para la región sur sureste de acuerdo a recomendaciones de los Consejeros de la región IV es importante considerar esquemas diferentes de conservación como son las bioregiones, el aspecto ambiental en ciudades, así como las reservas campesinas y comunitarias, en donde los pobladores puedan asumir su manejo y control contando con apoyos institucionales, un caso es el de la Reserva de los Chimalapas con sus 594 mil hectáreas donde existen pugnas limítrofes entre Chiapas y Oaxaca, además de conflictos entre ganaderos, madereros y las comunidades locales de ambos estados y disputas internas de las propias comunidades por cuestiones territoriales y productivas de carácter ancestral. (Libro Blanco Región IV CCDS, Semarnap, 2000, p. 26).
Cabe destacar que la región sur-sureste posee sin lugar a dudas la más alta diversidad biológica del país: se cuentan más de 13 reservas de la biosfera (ecosistemas marinos y terrestres). Entre las más importantes por su magnitud están la reserva de la biosfera de selva tropical, manglar y arrecifes de Calakmul y Sian Ka’an, en los estados de Campeche y Quintana Roo, respectivamente, con 1,2 millones de hectáreas. En el estado de Tabasco los Pantanos de Centra, con una superficie de 302,707 hectáreas, junto con Laguna de Términos, que es el sistema lagunar estuarino de mayor volumen y extensión en el país, integran el gran delta de los ríos Grijalva-Usumacinta, sistema hidrológico que aporta el mayor volumen de agua dulce que ingresa al Golfo de México. La región Central-Términos posee una superficie de 1’007,723 hectáreas. En el estado de Chiapas se tienen, por ejemplo, las reservas de La Encrucijada, El triunfo, La Sepultura y Montes Azules, que protegen ecosistemas de lagunas costeras, bosque mesófilo, manglar y selva tropical con una superficie superior a la 762,500 hectáreas (Conanp, 2000).
Además esta región forma parte importante del Corredor biológico Mesoamericano, que va desde Campeche hasta Panamá. Es una “avenida” natural, donde conviven hábitats de diversas especies, entre las que se cuentan 34 especies endémicas de mamíferos, 18 de aves y 3,689 de plantas superiores, lo que representa en su conjunto 8% de la biodiversidad mundial (Conabio “México ante los retos de la biodiversidad”). Lo anterior muestra una región con gran potencial de recursos naturales, donde coexisten desigualdades económicas y sociales.
La biodiversidad de México tiene entonces una importancia mundial, pues el país cuenta con alrededor del 10% de todas las especies conocidas del planeta, y se estima que de 30 a 50% de ellas son endémicas. La diversidad biológica alcanza sus niveles más altos en la porción sur y tropical de México, y disminuye hacia el extremo septentrional, pero allí aumenta el número de endemismos.
Los bosques tropicales húmedos y secos (13.5% de la superficie total de México) prevalecen en le sur, sobre todo en los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán, y en ellos habitan especies emblemáticas como el jaguar, el tapir o la guacamaya escarlata.
Esta riqueza junto con la del resto del país representa un patrimonio planetario y que el país deberá visualizar para el futuro.
Esta caracterización de la región sur sureste le da connotaciones importantes para actividades de conservación de los recursos naturales y del conocimiento la diversidad cultural. Desde el punto de vista de la educación ambiental la conformación de esta región dio origen a grupos de la sociedad civil organizada, individuos pertenecientes a instituciones educativas, y activistas de la ecología, los cuales han tenido vocación en materia de conservación y de educación ambiental, así mismo la actividad de las diversas instancias estatales generó diversas estrategias para el conocimiento, difusión y cuidado de los recursos naturales en materia educativa.
Antecedentes de la Educación Ambiental.
En el marco de la EA la década de los 90s en México se caracterizó por los esfuerzos institucionales en la conformación de un marco teórico metodológico de la educación ambiental, esencialmente en: “Elementos de estrategia para el desarrollo de la educación ambiental en México “(1992) y la reunión celebrada en Oaxtepec, Morelos para analizar dicho documento, asistieron más de 60 representantes de 25 estados, miembros de organismos no gubernamentales (ONG), de dependencias públicas federales y estatales y de instituciones académicas y empresariales; todos ellos líderes en sus respectivos espacios de acción. (Hacia una estrategia nacional y plan de acción de educación Ambiental, 1995).
Además de las reuniones internacionales celebradas por la NAEE en Estados Unidos de Norteamérica y ECO-ED en Canadá, en la que también participaron mexicanos de la región sur sureste, perteneciente a organizaciones civiles, y que a su vez formaban parte de la Red Regional de Educadores Ambientales del Sur sureste.
El proceso de conformación.
La educación ambiental en esta década de los noventas, se encontraba en un proceso continuo de construcción tanto teórica como metodológicamente.
El movimiento en la región sur sureste se inicia en 1990, a partir de reuniones promovidas por el sector ambiental del Gobierno mexicano y que da pauta para que se comience a integrar un grupo de personas interesadas en la Educación ambiental en los estados de Quintana Roo, Yucatán, Chiapas, Tabasco y Veracruz, quienes asistieron y coincidieron en dichas reuniones.
Para julio de 1991 se organiza la Primera Reunión Regional de Educadores ambientales en Akumal, Quintana Roo, con las gestiones realizadas por el Grupo Ecológista del Mayab (GEMA), PRONATURA (Capítulo Chiapas) y con apoyo de la Secretaría de Ecología del Gobierno de Yucatán, la Dirección de Educación Ambiental, participan en la organización también Biocenosis, A.C. y la SEDUE Delegación Yucatán, se cuenta con apoyo de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung.
Para este momento, aún cuando existían definiciones de educación ambiental en el ámbito internacional y a nivel nacional, con un carácter integral, considerando factores tanto ecológicos y económicos como políticos y sociales, todavía se encontraba ausente un marco referencial en lo ambiental y en lo educativo, sobre todo que considerara la articulación de ambos, por lo que está Primera reunión tuvo como principal propósito el de contribuir a la construcción de este marco referencial y metodológico, y retomar de otros campos del quehacer educativo y ambiental conceptos que lo hicieran posible.
Así también, otro de los propósitos fueron el reunir a personas, grupos e instituciones que trabajaban la educación ambiental en los estados de Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Chiapas y Tabasco, y propiciar el intercambio de experiencias. Se expusieron 37 experiencias que quedaron registradas en la Memoria de trabajo y en donde se aprecia una diversidad de enfoques y niveles de abordaje.
Para 1992 se acuerda celebrar la 2ª. Reunión Regional de Educadores Ambientales en el estado de Tabasco con apoyo de la Secretaría de Educación Cultura y Recreación (SECUR) del Gobierno del estado de Tabasco a través del IV Comité Regional de la CONALMEX para la Unesco, y de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), a través de la División Académica de Ciencias Biológicas, y con apoyo de SEDUE y de la Dirección de Ecología del Gobierno del Estado, así como del Grupo Santo Tomás, Asociación Civil.
En esta reunión se organizaron los análisis a partir de las modalidades de la educación ambiental, por formal, no formal e informal, los trabajos se presentaron de forma oral y en carteles, hubo exposición de materiales. Por primera vez se involucra a instancias de la Secretaría de Educación Pública, específicamente de la Dirección de Educación Extraescolar, donde se apreciaba todavía la influencia de una educación ambiental muy orientada a las cuestiones de salud.
De allí resultaron unas Memorias de trabajo editadas por la UJAT que sistematizaron las aportaciones de los educadores ambientales. Es a partir de esta reunión en donde se incorpora los estados de Veracruz y Oaxaca a la Red Regional.
La 3ª. Reunión Regional se celebra en San Cristóbal de las Casas, Chiapas en 1993. Se tuvieron en esta ocasión talleres por temáticas. Con la finalidad de poder incorporar a la actividad de los educadores ambientales perspectivas como la de población y comunicación. Esta reunión es organizada por Pronatura Capítulo Chiapas, Eco Sur, CEFIDIC y otras instancias estatales, con apoyo del Comité Organizador a nivel regional.
Para la 4ª. Reunión Regional de Educadores ambientales celebrada en el estado de Campeche, se tuvo como innovación el abordar temas acerca de: Financiamiento para Programas de EA, evaluación, capacitación, y nuevamente comunicación. La dinámica fue a través de Mesas de Trabajo. La organización estuvo a cargo de la Universidad Autónoma de Campeche a través del Programa Yum Kaax, del grupo Marea Azul de Ciudad del Carmen, así como Pronatura Península de Yucatán con su Oficina en Campeche, y con el apoyo del Comité Regional.
La 5ª. Reunión celebrada en Yucalpetén, Yucatán bajo el apoyo de Secretaría de Ecología, Delegación de la Semarnap en el Estado, Pronatura Península de Yucatán. Los temas que se incluyen en esta reunión hablaron sobre: Derecho ambiental, ética ecológica, investigación en educación y formación ambiental, equidad de género en áreas naturales protegidas, entre otros.
La 6° reunión se celebró en el estado de Oaxaca con el auspicio del Instituto Estatal de Ecología de Oaxaca, la Oficina de la WWF en Oaxaca, CIIDIR-IPN, La CODE, Mundo Nuevo A.C., Delegación de la SEMARNAP en Oaxaca, Jardín Etnobotánico del Centro Cultural Santo Domingo, entro otros. Los paneles organizados fueron: Escuela y educación ambiental, Educación ambiental y participación comunitaria, Áreas naturales protegidas y educación ambiental, así como los dos foros celebrados bajo los títulos de: Primer foro mujer y medio ambiente n el sur sureste de México, y el Foro sobre gestión ambiental.
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